¿Qué es lo que es siempre y no
deviene, y qué lo que deviene
continuamente pero nunca es?
(Platón, Timeo)
Figuras
hay, en la historia universal, que bajo distintos nombres se repiten a través
de los siglos y de modo tenaz. Son como símbolos, fácilmente reconocibles, que
en tiempos y escenarios diversos cumplen, casi sin variación, destinos análogos.
En este sentido, la historia recuerda a la comedia del arte italiana, donde
incontables actores se suceden para interpretar los determinados y contados
roles de un drama premeditado.
Sólo
que al hombre tras la máscara y la mímica, al individuo tras los actos y las
palabras, al sujeto velado por el símbolo, no lo registra la historia; éste queda
siempre anónimo y en misterio, guardado como en un secreto, bajo triple
sello, en el fondo de su exclusivo ser.
Tal es el caso de Concino Concini, favorito
de una reina, aborrecido por grandes y pequeños, fuente de acres resentimientos
para un joven rey.
Hasta
nuestros días, su nombre ha encarnado el símbolo del hermoso aventurero a quien
no arredra ningún límite moral a la hora de satisfacer su descomedida sed de
premios y ventajas terrenas; de aquel, sí, que de la nada sabe hacer una gran
ventura merced a su buena suerte con las mujeres.
Así lo
conocemos, así nos lo revela la trama histórica, con rasgos que son comunes a
otros tantos personajes situados en pareja coyuntura; pero del hombre impar nada
o poco sabemos. Se trata de un fantasma que se ha desvanecido en la noche que
ensombrece su memoria; ya que, huelga decir, hablamos de un símbolo oscuro.
Desandar,
pues, el negro rastro de este fantasma mancillado puede resultar un viaje
peligroso hacia la esencia misma del odio que lo desnaturalizó. Tal es, sin
embargo, el viaje que propone La fortuna o la muerte. Una marcha
alucinante bajo amenazas de sangre, rugidos de tormenta y complicados signos
que se ahondan en el misterio de un hombre: ni todo luz ni todo sombra, roído
por apetitos propios y ajenos, enredado en los hilos de una trama demasiado
grande para ser comprendida incluso por él ‒la trama de su destino.
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